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CIENCIA: GASTRONOMIA Y NUTRICION

02 DIETAS

ANALIZANDO LOS TIPOS DE DIETAS

No hay fórmulas secretas. Los expertos aseguran que todo régimen que se salga del esquema basado en una alimentación variada y ejercicio permanente acaba por mostrarse ineficaz. Unos son imposibles de cumplir, otros favorecen la aparición de muy distintas enfermedades y, la mayoría de las veces, a la ilusionante pérdida de peso inicial le sigue una ganancia de kilos brutal. Un auténtico mazazo psicológico de graves consecuencias para la salud física y mental. El presidente de la Sociedad Española de Nutrición Comunitaria, Javier Aranceta, analiza las dietas más famosas que en la historia han sido y aporta las claves de su fracaso.
 
 
Dietas disociadas
Permiten comer todo tipo de alimentos, pero nunca mezclados entre sí. Algo muy rico en proteínas no puede acompañarse de una potente fuente de hidratos de carbono. Es decir, está prohibido comer un filete a la plancha con patatas fritas. «Complican la existencia, porque no hay un alimento puro», comenta el especialista. Las alubias, por ejemplo, son ricas en proteínas, pero también tienen hidratos de carbono. Las dietas disociadas reducen masa muscular y lípidos, pero no grasa. Dejan de funcionar y acaban cansando.
 
Excluyentes
Suprimen algún grupo alimentario, lo que supone «un error de partida». Tuvieron mucho éxito en su momento las que promovían comer mucho hidrato de carbono y evitar la toma de lípidos y proteínas. Provocaban, sin embargo, muchas carencias alimentarias porque el organismo necesita cierto nivel de grasas para mantener la textura de la piel y garantizar algunas funciones básicas. Generan malnutrición y la posibilidad de intolerancias y diarreas. Puede llegarse a enfermar.
 
Hipocalóricas
Las ha habido muchas y variadas. La de los colores, la dieta cero, la de ’toma la mitad’, la famosa ’dieta Hollywood’... Consisten en reducir la ingesta energética comiendo productos bajos en calorías y tomando sustancias saciantes, como cápsulas de fibra o medicamentos supresores del apetito. Al principio se baja mucho peso, sobre todo agua, algo de músculo y poca grasa. El cuerpo se adapta enseguida al sistema y dejan de funcionar. «En diez días uno se aburre de comer tanta lechuga y pasar hambre y abandona». Consecuencia: ’efecto rebote’.
 
Ricas en proteínas
Se basan en un esquema de abundantes proteínas, menos azúcares y pocas grasas. Menús a base de filetes, carne «y unas pocas verduritas». En este grupo podrían incluirse la dieta de los astronautas, la Scandale e incluso la Dukan. Modifican el normal metabolismo y, como consecuencia, sobrecargan el hígado y los riñones.
 
Cetogénicas
Son dietas ricas en proteínas y grasas y sin hidratos de carbono, como la dieta del doctor Atkins, muy popular en la década de los 70 y primeros 80. Permiten desayunar huevos fritos con tocineta y, aunque parezca mentira, sirven para bajar peso. Como contrapartida generan un enorme riesgo cardiovascular, porque trastocan todos los niveles de lípidos. Se han utilizado como terapia para pacientes con problemas psiquiátricos, pero se desaconsejan contra la obesidad y el sobrepeso.
 
Del grupo sanguíneo
Dieta restrictiva. En función del grupo sanguíneo de cada uno se permite o restringe el consumo de determinados alimentos. Problema: es una dieta mágica con poco fundamento científico que crea obsesiones hacia el consumo o apetencia de determinados alimentos. No ha demostrado efectos sobre la reducción del peso corporal.
 
De Montignac
Basada en el control del índice glucémico, que permite saber lo rápido que se digieren y absorben los alimentos. Lleva el nombre de un francés experto en Ciencias Políticas, que trabajó para la industria farmacéutica. Como ocurre con la dieta Dukan, el libro de Montignac fue récord de ventas en 2004. Se basa en la restricción de los hidratos de carbono de absorción rápida, como el azúcar y las harinas no refinadas. Problema: el consumo de proteínas puede sobrecargarse en exceso.
 
De la zona
Consiste en restringir el aporte de hidratos de carbono a un 30% de la energía total, aumentando la ingesta de proteínas otro 30%. Las grasas también se reducen en un 40% y, para compensar, se toman suplementos de ácidos grasos Omega-3. ¿Qué inconveniente tienen? Son dietas de alto contenido en proteínas y grasas. Requieren la toma permanente de suplementos vitamínicos.
F.APEZTEGUIA, BILBAO, ESPAÑA.

LA DIETA PERSONALIZADA

La nutrigenómica es una ciencia que permite una personalización de la dieta alimenticia y la prevención de enfermedades de tipo crónico, tal como destacó esta semana el catedrático de Bioquímica y Biología Molecular de la Universidad de Granada y presidente de la Fundación Iberoamericana de Nutrición, Ángel Gil, durante el Curso de Verano de la Universidad de Málaga (UMA) "Alimentación saludable: desafíos actuales", celebrado en el municipio malagueño de Ronda.

Gil aseguró que gracias al estudio del genoma humano y de sus variantes, esta disciplina científica puede analizar "cómo se metabolizan los nutrientes" en cada organismo. Se puede personalizar de este modo la dieta alimenticia de grupos de individuos que "compartan determinadas características genotípicas". Estos programas de nutrición personalizados "pueden prevenir determinadas enfermedades, además de contribuir a la mejora de las ya detectadas", entre ellas la obesidad, de la que indicó que un 17% de la población española la padece, cifra que aseguró que "va en aumento".

El presidente de la Fundación Iberoamericana de Nutrición indicó que entre las regiones españolas con mayor tasa de obesidad se encuentran Canarias y Andalucía, que "se caracterizan por un consumo elevado de raciones alimenticias y por un alto sedentarismo", lo que puede provocar "cambios en el ADN de las generaciones venideras" y futuros problemas de obesidad. Gil afirmó que "la única forma de deshacer este incremento de la obesidad es a través de programas de intervención de educación nutricional", tanto a nivel estatal como regional, que permitan "establecer un sistema en el que haya menos sedentarismo y se haga una ingesta adecuada de alimentos".

También señaló la necesidad de tener una dieta variada, en la que se consuman "grandes ingestas de frutas, verduras y legumbres", así como "cantidades moderadas de proteínas y azúcares". Gil declaró que "no existen alimentos malos, siempre que se tomen en las cantidades adecuadas", al mismo tiempo que se mostró a favor de los alimentos transgénicos, de los que apuntó que "no afectan al valor nutricional" y tienen la ventaja de ser resistentes a plagas y enfermedades.

HISTORIA DE LAS DIETAS

Tras 150 años, no existe dieta mágica para adelgazar

La obsesión con el peso y cómo perderlo data de al menos 1863, cuando se inventó el menú bajo en calorías para perder peso

DIETAS Las primeras tablas que mostraban el peso ideal en relación con la altura surgieron alrededor de la Segunda Guerra Mundial. Anuncio de 1940 (Foto: AP )

Washington | AP | El Universal


Antes de la dieta del doctor Atkins estuvo la de William Banting, quien en 1863 inventó el menú bajo en calorías para perder peso.

Desde ese entonces se aconsejaba deshacerse de los kilos de más comiendo pescado, oveja o ''cualquier carne excepto puerco'' en el desayuno, el almuerzo o la cena. Y nada de papas, por favor.

La obsesión con el peso y cómo perderlo data de al menos 150 años atrás. Y aunque ahora se dice ''sobrepeso'' a lo que se conocía como ''corpulencia'' -y la obesidad se ha propagado como una epidemia en Estados Unidos-, una revisión a la historia de las dietas muestra que no es tanto lo que ha cambiado en la búsqueda de la figura ideal.

''Subestimamos en extremo, en extremo'' la dificultad de cambiar los comportamientos que alimentan la obesidad, señala Ellen Granberg, socióloga de la Universidad de Clemson, luego de haber examinado los archivos de la Biblioteca del Congreso en Washington.

Granberg considera importante mostrar que ''no estamos lidiando con un fenómeno totalmente nuevo y aterrador, al cual no nos hemos enfrentado en el pasado''.

En efecto, los añejos documentos sobre las dietas se ven sorprendentemente familiares.

El inglés William Banting, por ejemplo, cuenta cómo perdió casi 23 en su popular ''Carta a la corpulencia, dirigida al público'', que rápidamente llegó a este lado del Atlántico, dijo la socióloga.

Cambié ''pan, mantequilla, leche, azúcar, cerveza y papas, que habían sido los principales (y yo pensaba inofensivos) elementos de mi existencia'' por bastantes carnes, explicó Banting.

Estados Unidos pasó de un país en el que ser rellenito era algo deseado a una nación en busca de la delgadez a finales del siglo XIX, señaló Granberg.

En 1900, el Libro de Cocina de Filadelfia declaraba que ''un exceso de carnes debe ser considerado como una de las más objetables formas de enfermedad''.

Tres años después, el jabón La Parle contra la obesidad era vendido por un dólar, un precio elevado para la época. Y la Sal de Reducción de Louisenbad prometía ''lavar la grasa''. Pronto llegó una máquina de ejercicios y otros ofrecían eliminar el exceso de peso con laxantes.

A pocos días de que el gobierno actualice las guías dietéticas la semana que viene, la Biblioteca del Congreso reunió expertos en dietas en colaboración con el grupo de adelgazamiento Weight Watchers International para analizar la historia de las dietas en Estados Unidos.

Granberg recordó cómo nació la ciencia de la nutrición.

El gobierno empezó a recomendar que había que equilibrar las proteínas con los carbohidratos y, en 1916, el Departamento de Agricultura presentó los cinco grupos de alimentos. Las primeras tablas que mostraban el peso ideal en relación con la altura surgieron alrededor de la Segunda Guerra Mundial.

Los alimentos dietéticos llegaron poco después, así como grupos de apoyo para perder peso. Ya para 1970 la estructura actual de las dietas estaba en pie, señaló la socióloga.

Sin embargo, a pesar de ello actualmente dos terceras partes de los estadounidenses tienen sobrepeso o son obesos, y la obesidad infantil se ha triplicado en las últimas tres décadas. Unos 150 años después en la historia de las dietas, aún no existe una vía mágica para adelgazar.

DIETAS DE FRUTAS Y VERDURAS

Neomundo para Periodismo.com

Una dieta con frutas y verduras logran que el rostro se vea más bonito

Una equilibrada y deliciosa alimentación es una clave para la belleza ya que las personas que comen frutas y verduras logran un aspecto saludable y una piel brillante, concluyó una nueva investigación.

Una dieta con frutas y verduras logran que el rostro se vea más bonito

WWW.NEOMUNDO.COM.AR

Una equilibrada y deliciosa alimentación es una clave para la belleza ya que las personas que comen frutas y verduras logran un aspecto saludable y una piel brillante, concluyó una nueva investigación.

Los autores de la Universidad de St. Andrews (Escocia) explicaron que una alimentación rica en frutas y verduras modifica el color de la piel, volviéndolo más saludable y agradable a la vista. Las conclusiones fueron publicadas en la revista Evolution and Human Behavior.

BELLEZA VEGETAL

Para llegar a dichas conclusiones los autores analizaron el tono de la piel de los participantes con relación al tipo de alimentación que llevaban. Ian Stephen, el autor principal, observó que las personas que comen muchas frutas y verduras muestran un color de piel más dorado y amarillo.

Al analizar la piel con un espectofotómetro, el especialista notó que las pieles más brillantes eran aquellas que tenían una mayor concentración de carotenoides, unos compuestos orgánicos que se encuentran de manera natural en muchas frutas y verduras, incluyendo los ajíes colorados, la espinaca y los melones, entre muchos otros.

"La mayoría de las personas en occidente cree que la mejor forma de mejorar el color de la piel es lograr un buen bronceado, pero nuestra investigación muestra que comer mucha fruta y verdura es en realidad más efectiva", dijo Stephen.

En un segundo momento del estudio, los autores usaron diversos programas de computación para modificar el color de la piel de 51 rostros para que pareciera que tuvieran más o menos carotenoides, y por lo tanto un mayor o menor brillo dorado. A su vez, algunas imágenes fueron manipuladas para simular un bronceado natural.

Cuando otro grupo de voluntarios observó estas fotos, la gran mayoría de ellos dijo que prefería a las personas con el color de piel mejorado por los carotenoides.

"Nuestro estudio muestra que las personas usan los colores para juzgar cuan sanos son los otros individuos pero, además, observamos que son bastante eficaces para emitir estos juicios. Esto es importante porque la evolución favorece a aquellos que forman alianzas o uniones con personas más saludables"

EL ATRACON

Por Angela Márquez/ ES, http://www.grupoq.com.ar

Cinco claves para detectar el “atracón”

Caracterizado por la ingesta voluminosa de alimentos realizada en un breve período de tiempo de hasta 4000 calorías por comida, es un trastorno de la conducta alimentaria que se puede tratar.

Un trastorno que se puede tratar. Foto: Glow Images

El atracón consiste en una ingesta en la que se consume una cantidad de alimentos fuera de lo normal en un período de tiempo excesivamente corto. Habitualmente no se diagnostica, sino que queda enmascarado bajo otras manifestaciones de un problema mayor que está padeciendo la persona afectada; es como un síndrome oculto que no siempre es detectado y afrontado correctamente y, por lo tanto, su no detección puede poner en riesgo el éxito de un plan de descenso de peso. La mayoría de las veces este síndrome se oculta detrás de una consulta por obesidad, en la que no se plantea la existencia de este desorden en la alimentación que, de seguro, es gran parte responsable del sobrepeso de la persona.

Pese a que en un primer momento esta situación pasa desapercibida, las estadísticas marcan que el 30% de los pacientes obesos tienen como trasfondo de su obesidad un trastorno de la conducta alimentaria, conocidos éstos como “trastornos hiperfágicos”.  Estos trastornos–al margen del atracón- son el ¨picoteo¨ (comer todo el día y a toda hora en pequeñas cantidades), el ¨síndrome del comedor nocturno¨, la ¨bulimina nerviosa¨, el ¨síndrome afectivo estacional¨ y los conocidos como ¨trastornos alimentarios no especificados¨. Dentro del 30% de los obesos que sufren alguno de ellos, justamente el ¨trastorno por atracón¨ es el más frecuente.   

Perfil de quienes incurren en atracones

Suelen ser individuos que cursan un estado anímico caracterizado por la ansiedad, alternada ésta con períodos de depresión leve a moderada. Además, muchos de ellos son pacientes que generalmente están realizando dietas con intervalos muy grandes entre comidas, lo cual se convierte en un verdadero caldo de cultivo para la irrupción de este tipo de prácticas negativas para la salud. Estas conductas tienen un predominio de 10 a 3 en dominancias en la mujer sobre el hombre. En cuanto a la edad, éstas se manifiestan principalmente entre la adolescencia y hasta cerca de los 35 años, siendo los 24 años la edad promedio de mayor frecuencia de aparición. Lo padecen el 2% de la población.

¿Cómo detectar si padezco un trastorno por atracones?

La presencia circunstancial de alguna de estas pautas no significa que estemos sufriendo dicho síndrome. Por el contrario, para que éste sea diagnosticado se deben manifestar al menos dos veces por semana por un período mayor a los seis meses, por lo menos tres de las siguientes conductas:

1. Comer hasta experimentar sensación desagradable de saciedad. Es, en otras palabras, comer hasta no dar más; sentir que uno “revienta” (y a veces desde un punto de vista físico eso ocurre realmente, ya que el sistema digestivo puede literalmente romperse).

2. Comer grandes cantidades de comida cuando físicamente no se experimenta hambre. Esto ocurre cuando no se come por hambre sino por simple apetito (deseo de comer algo que me gusta) o por razones psicológicas (ansiedad o depresión leve). En este sentido cabe destacar que existen tres motivaciones para comer: el hambre, que es fisiológico; el apetito, que es las ganas de comer algo que nos gusta aunque uno esté lleno; y el comer por ansiedad como una manera de sentirme mejor anímicamente (efecto ansiolítico y antidepresivo).

3. Comer mucho más rápidamente que lo normal. La persona percibe la saciedad después de unos minutos de haber iniciado la ingesta, y a veces ya es muy tarde. Para evaluar si uno come rápido o no, se recomienda analizar si se mastica hasta hacer papilla el bocado que uno tiene en la boca. Otro criterio es determinar si masticamos o no al menos 10 veces cada bocado.

4. Comer en soledad, debido a lo avergonzado que el sujeto se siente por la cantidad y forma en la que ingiere los alimentos.

5. Tener sentimientos de disgusto, depresión o culpa después de cada episodio de atracón o ingesta compulsiva, sintiendo culpa por esto pero no pudiendo evitarlo ni controlarse.  

¿Cómo se debe tratar este problema?

- Poner en marcha una dietoterapia acorde, guiada por profesionales especializados. -  Realizar actividad física

-  Farmacoterapia con inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina (IRSS). Esta medicación tiene como finalidad elevar los niveles de la serotonina, que es un neurotransmisor que produce en el organismo estados de saciedad, bienestar y anorexia.

- Apoyo psico-terapéutico

Lograr un orden en las comidas es fundamental para revertir estas conductas, más que nada porque casi siempre éstas son producto de prácticas muy restrictivas que consisten, por ejemplo, en hacer dietas con intervalos muy largos sin que la persona se alimente durante muchas horas.  

Fuente: Prof. Dr. Ricardo Chiosso (M.P. 13766), Director Médico de Sanatorio Diquecito, La Calera (Córdoba, Argentina).

DIETA MEDITERRÁNEA

Por BBC Mundo, BBC Mundo

Beneficios de la dieta mediterránea, "un mito"

Un estudio llevado a cabo en España encontró niveles "alarmantes" de factores de riesgo cardiovascular, similares a los de Estados Unidos.

Beneficios de la dieta mediterránea,

"Control de presión arterial"

Durante mucho tiempo se ha pensado que las poblaciones del mediterráneo gozan de estilos de vida más saludables y consumen una dieta más sana que los habitantes de otras regiones del mundo.

Pero ahora un nuevo estudio llevado a cabo en España cuestiona esa creencia.

La investigación encontró niveles "alarmantes" de factores de riesgo cardiovasculares entre la población, similares a los de los habitantes de Estados Unidos.

El estudio, publicado en International Journal of Clinical Practice(Revista Internacional de Práctica Clínica) también descubrió un vínculo marcado entre los bajos niveles de educación y un mayor riesgo de trastornos del corazón.

Según el doctor Ricardo Gómez-Huelgas, del Departamento de Medicina Interna del Hospital Carlos Haya, en Málaga, "las enfermedades cardiovasculares son causa del 33% de muertes en España".

"Lo cual las convierte en la principal causa de mortalidad en el país" señala el investigador.

Dieta no tan protectora

Estudios en el pasado habían encontrado que las personas que se alimentan con una dieta mediterránea -rica en vegetales, frutas, pescado y cereales y baja en carne roja- tiene menos probabilidades de sufrir enfermedades del corazón.

También se ha dicho que esta dieta podría proteger del cáncer, la demencia y la depresión.

Aunque los científicos no habían encontrado un factor específico responsable de esta protección, se había mencionado a los ácidos grasos monoinsaturados que contiene el aceite de oliva, que se usa de forma abundante en la dieta mediterránea.

Ahora, sin embargo, la nueva investigación pone en duda estas afirmaciones.

El estudio fue llevado a cabo con 2.270 adultos seleccionados al azar en los registros de un centro de salud de Andalucía, una de las regiones con las tasas más altas de trastornos cardiovasculares del país.

Los participantes tenían entre 18 y 80 años, hombres y mujeres, con una edad promedio de 44 años. La mitad de los participantes tenían bajos niveles educativos.

Los científicos encontraron que más del 60% de los individuos tenían sobrepeso o eran obesos y 77% no llevaban a cabo suficiente ejercicio.

El 28% eran fumadores, 33% tenían hipertensión, 7% sufría diabetes y 65% mostraba altos niveles de colesterol.

Estas cifras, dicen los investigadores, son comparables a las que se encuentran en poblaciones donde hay un alto nivel de enfermedades cardiovasculares y mortalidad a causa de éstas, como Estados Unidos, donde las tasas de obesidad también son muy altas.

Como Estados Unidos

Aceitunas

"Aceitunas"

Según el doctor Gómez-Huelgas, "la prevalencia de obesidad, diabetes, hipertensión y alto colesterol en España han aumentado a un ritmo alarmante en los últimos 20 años".

"Y es probable que esto cause futuros incrementos en la mala salud y las tasas de muerte debido a las enfermedades cardiovasculares" agrega el científico.

El estudio, afirman los expertos, desafía la larga creencia de que las enfermedades cardiovasculares, que ya se han convertido en una de las principales causas de muerte en todo el mundo, tienden a afectar más a los pobladores del norte que a los del sur de Europa.

"De hecho, los niveles de riesgo encontrados en este estudio muestran un paralelo con los de Estados Unidos y son peores que los que se han descubierto en estudios recientes en el Reino Unido" señala en la misma publicación el doctor Anthony Wierzbicki, especialista en medicina metabólica del Hospital London Bridge, en Londres.

"El mito de que la dieta y el estilo de vida mediterráneos son muy saludables está basado en datos encontrados hace 40 años en zonas rurales, y mucho ha cambiado durante estas cuatro décadas" expresa el científico.

Por su parte, el doctor Gómez-Huelgas, afirma que el establecimiento de una estrategia para reducir los factores de riesgo que encontró este estudio en la población -como la obesidad, los niveles anormales de lípidos y grasas, la hipertensión, el tabaquismo y el sedentarismo- será un "verdadero desafío" para las autoridades sanitarias del país.

EL EXCESO DE ALCOHOL

Neomundo para Periodismo.com

Otro riesgo para bebedores empedernidos: aumenta la posibilidad de tener cáncer

Los bebedores de alcohol consuetudinarios corren otro riesgo de salud: sus posibilidades de contraer cáncer son significativamente mayores. Así lo afirma un estudio epidemiológico realizado en Canada.

Otro riesgo para bebedores empedernidos: aumenta la posibilidad de tener cáncer

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Los bebedores "pesados" de cerveza y otras bebidas alcohólicas corren un riesgo mucho mayor de desarrollar diversos tipos de cáncer que la población en general. Así lo afirma un grupo de epidemiólogos de Canadá.

Sus hallazgos confirman que las personas clasificadas en la categoría más alta de consumo aumentan su riesgo de desarrollar cáncer de esófago en siete veces; cáncer de colon en un 80 % y incluso cáncer de pulmón en un 50 %.

En total, los investigadores encontraron relaciones estadísticamente significativas entre un alto consumo de cerveza y otras bebidas y seis diferentes tipos de cáncer. En cambio, beber vino en forma moderada no demostró efectos negativos sobre la salud.

La investigación fue realizada por el Dr. Andrea Benedetti de la Universidad McGill, Dr. Marie Parent de INRS-Institut Armand Frappier y el doctor Jack Siemiatycki de la Universidad de Montreal.

"Hemos examinado los datos de dos maneras," dijo Benedetti, profesor de medicina de McGill especializado en epidemiología, bioestadística y salud laboral.

"Se compararon las personas que bebieron fuertemente con un grupo de referencia, que se abstuvo o bebió alcohol sólo en forma ocasional. También analizamos las tendencias a través de categorías tales como: no bebedores, bebedores semanales y bebedores diarios.

RESULTADOS

Los resultados fueron sorprendentes. "Encontramos un mayor riesgo de padecer cáncer de esófago, el cáncer de estómago, cáncer de colon, cáncer de hígado, cáncer pancreático, cáncer de pulmón y cáncer de próstata", añadió Benedetti. "El riesgo más fuerte fue para el cáncer esofágico y de hígado".

"Este estudio confirma muchos estudios semejantes de diferentes trabajos sobre los efectos de varios tipos de consumo de alcohol y cáncer," resumió Siematycki, profesora en la Universidad de Montreal.

Los resultados fueron publicados en el número actual de la revista médica Cancer Detection and Prevention.

"En general los bebedores casuales fueron los menos afectados" concluyó Benedetti. "El mayor riesgo lo padecen las personas que beben todos los días, en forma exagerada".

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